Y os preguntareis qué tienen que ver: "coaching y suposiciones". Deciros que el suponer es uno de los errores más garrafales de nuestra mente y de nuestro corazón. Es por tanto un gran imitador en nuestras vidas, barrera al cambio y fiel enemigo de nuestra propia evolución y progreso.
El suponer nubla nuestros pensamientos, confunde nuestras emociones y enturbia nuestro espíritu. Y es que suponer nos enferma: de cuerpo, cabeza, corazón y espíritu.
Realizar una suposición es dar por hecho algo sin molestarnos en buscar pruebas para apoyar nuestro razonamiento.
Las suposiciones nos llevan a "conclusiones fáciles" basadas en opiniones y especulaciones. Permiten deformemos la realidad a nuestro antojo sin fundamento sólido alguno y por tanto carentes de credibilidad alguna. La base de la suposición, no es otra, que nuestras propias creencias y nuestros propios miedos.
Falta de comunicación. Cuando suponemos y nos hablamos a nosotros mismos, dejamos de hacerlo con los demás. No supongas y pregunta a la persona en cuestión."Cuando suponemos que no nos va a gustar algo que nunca hemos probado, o que no podremos aprender algo nuevo, o que nunca podremos conocer ese lugar con el que tanto soñamos, etc., estamos construyendo una “pared” que nos bloqueará el paso a nuevas experiencias."
Suponer implica bloqueo y parálisis, impide que busquemos opciones y alternativas a lo dado por supuesto, ya que le damos credibilidad absoluta, sin cuestionarnos la propia suposición
Es cuando suponemos sobre uno mismo, cuando somos más voraces en las críticas, dando por hecho que nuestras limitaciones son reales y por tanto impidiendo nuestro desarrollo vital, tanto en el campo personal, como en el profesional.
La suposición nos mantiene atados a nuestros propios pensamientos y emociones negativas, miedos infundados y creencias limitantes. Es una gran enemiga del desarrollo de nuestro potencial; ya que con la suposición nos apegamos a una única opción que consideramos correcta y real, sin permitirnos a nosotros mismos explorar nuevas opciones.
Cuando suponemos, deformamos la realidad a nuestro antojo, ya que es en nuestra mente, donde damos por hecho situaciones, que en realidad desconocemos.
“Supongo que sus palabras no son sinceras. No creo que nos haya dicho la verdad.”
Hagámonos unas preguntas en relación a esta suposición (u otra) y contestémoslas:
1. ¿Es eso verdad?
2. ¿Puedo saber con absoluta certeza que eso es verdad? 3. ¿Cómo vives con y sin ese pensamiento? Analiza cómo te hace sentir "el con" y "el sin" ese pensamiento. ¿Mejoraría tu vida sin ese pensamiento?. ¿Qué harías sin ese pensamientos? ¿Qué estás haciendo hoy con ese pensamiento y qué te está impidiendo hacer?. ¿Qué te aporta ese pensamiento?4. ¿Es lo contrario igual de cierto?
"Supongo que sus palabras son sinceras. Creo que ha dicho la verdad" y voy más allá y hago un cambio de pronombres; "supongo que mis palabras no son sinceras. No creo que yo me diga la verdad (a mi mismo)"
Cuando suponemos, "damos por hecho", sin certeza alguna. Suponer, es un mal ejercicio. Puestos a hacer elucubraciones, hagamos hipótesis y no suposiciones. No te preguntes si no puedes contestarte y pregunta a quién sí pueda hacerlo. Y por último, mejor es no dar por supuesto y "actuar".
Y para rizar más el rizo y terminar por hoy. Como ya hemos comentado en otras ocasiones; nuestros pensamientos crean nuestra realidad. ¿Quieres crear tu propia realidad en base a suposiciones?
Buen domingo.
Enlace a artículo: El hábito de suponer y sus consecuencias.