Feliz domingo a todos. Comenzamos diciembre hablando de energías. Y en estos días, en mi caso, sí necesite "tener las pilas bien cargadas" ya que las emociones oscilaron entre luces y sombras como atracción de montaña rusa. Rápido. Hacia arriba. Hacia abajo. Y a toda velocidad.
Y es que esta semana ha sido dura e intensa para nuestra familia.
Lo cotidiano se mezcla con lo natural, que aunque natural no por ello, menos doloroso. Despedir a nuestros seres queridos.
Se acercan fechas entrañables y de celebración que no todos sentimos y vivimos de igual manera. Y en muchas ocasiones se ensombrecen por el recuerdo de los que ya no están a la mesa celebrando con nosotros.
«Estas fiestas son muy duras por los miles de recuerdos que nos asaltan. Además -añade- se crean conflictos internos en cada uno entre lo que sentimos y lo que los demás nos piden que sintamos, por lo que muchas veces hacemos un pacto de silencio que acaba por sumirnos en un estado continuo de tensión y ansiedad».
En todo caso, sabor agridulce pues quien más y quien menos tenemos en la memoria y en nuestros corazones a esos seres de luz, que en un pasado más o menos cercano estaban presentes en nuestras vidas.
"reunir a la familia y amigos con los que celebramos estas fiestas antes de Nochebuena para consensuar la mejor manera de honrar a la persona ausente. Y, durante las fiestas, recordarla de una forma positiva, «dando la oportunidad a todos a expresar sus sentimientos, sin hacer crítica de ello»."
Este párrafo me recuerda al funeral de mi queridísimo primo este viernes donde en nuestra Iglesia nos hablaron de la opción de vivir y superar la pérdida desde el dolor con o sin esperanza.
http://sevilla.abc.es/sevilla/20141211/sevi-navidad-muerte-familiar-201412102337.html
Y es que las pérdidas son puntos y aparte en nuestras vidas. Necesitamos parar y sentir. El dolor es connatural al sentimiento de pérdida. Sentir el dolor, desde la esperanza, compartiéndolo, comprendiendo y respetando la forma de sentirlo y de vivirlo por cada cual, nos hace fuertes y nos permite superarlo de la mejor de las maneras.
Nuestros seres queridos, los que nos han acompañado en vida, permanecen en nuestro ADN, son parte de nuestra historia y conforman lo que somos hoy. Por ello están siempre en nuestro presente y son parte también de nuestra energía y de lo que está por venir. Siempre están, impregnan su marca en nosotros y nuestra misión no es otra que perpetuarla y llevarla con todo nuestro orgullo y buen hacer.
Enlaces relacionados:
mi agradecimiento a Gustavo Marshal por permitirme compartir una foto tan bonita y especial: https://www.facebook.com/gustavo.marshall?fref=ts
//coachingpontevedra.es/blog/i-actualidad-noviembre-2014/Superación y Resiliencia
Con resiliencia nos referimos al proceso que nace ante la necesidad de enfrentar las adversidades, la pérdida de un ser querido en este caso y para lo cual necesitamos poner en marcha todas nuestras habilidades, recursos y energías, para superarlo y además superarnos a nosotros mismos.
Se trata de un proceso que nos lleva a dar un salto de calidad en nuestro propio desarrollo vital y de crecimiento personal.
Todos conocemos historias de superación, de personas que se han hecho famosas por ello y de otras anónimas y que forman parte de nuestra vida cotidiana.
Y es que el ser humano es grande y maravilloso. Cuando logramos sacar y dar lo mejor de nosotros nuestra realidad se transforma y crece hermosa. Es ésta nuestra naturaleza.
Emocionada doy gracias por tener el primo que tengo, Domingo Amoedo Amoedo, un hombre siempre querido y respetado por los que han tenido el placer de conocerlo y más aún los que hemos disfrutado de momentos íntimos con él. Amante de su familia, de su pueblo, de su tierra y de su entorno. Entusiasmado con todo lo que hacía. Siempre supo transmitirlo desde la humildad, el silencio compartido y una sonrisa limpia, sincera y cálida. Lo despedimos, unidos en el dolor todos, desde Su Casa y hasta Su Iglesia, con las puertas abiertas, como siempre él las tenía para todos; caminando bajo la lluvia de su adorada Galicia, entre el sonido de la gaita que el tanto amaba y con el aplauso de todos como él tanto se merecía.
Domingo era de esas personas que "inspiran" y que cambia vidas. Siempre aprendías algo nuevo con él, con su forma de hacer, de saber y de sentir. De espíritu libre y limpio, con capacidad de crear una realidad siempre amable para todos.
Y digo, "tengo y no tuve", porque Domingo estuvo y estará siempre entre nosotros porque fué y siempre será un Angel y como tal siempre formará parte de nuestras vidas, dándonos toda su luz como siempre ha hecho.
En mi recuerdo también Lucía Moreira y Carmen Leiro, que como Domingo, nos dejaron en estos días y que siempre recordaremos desde el amor y el cariño que permanecerá en nosotros siempre.
Gracias por ese trocito maravilloso de vosotros que en nuestro interior siempre nos hará la vida un poquito más bonita.