CUENTAME
- Hola Pati. Te llamo muy temprano porque
no quiero olvidar.
- ¿Olvidar?, ¿qué no quieres olvidar?.
- Mi sueño de hoy.
Ya sabes que no suelo recordar lo que sueño. Pero esta vez lo he recordado y lo he sentido tan real… Todo un placer!!! Y quería compartirlo.
- Pues cuéntame, porque tu voz suena tan bien, que puedo ver tu expresión de sorpresa y sentir tu alegría. La curiosidad puede conmigo ahora.
- Verás. Soñé que estaba en un gimnasio.
Yo.
En un gimnasio. ¿Increíble no? y lo estaba disfrutando al 100{d65b659165ac0c73a0e7351dbc03bc71babc32f535de3530448e57099fce3db2}. ¡Más increíble todavía!
- ¿Y cómo sabes que lo estás disfrutando tanto?
- Me sentía llena de energía, potente, fuerte, resistente, hábil, estable, ligera. Muy concentrada en lo que hacía y estaba serena. Muy lúcida y serena.
En esos momentos, toda yo, estaba sólo, haciendo ejercicio.
Me sentía tan sana, tan vital… Tan segura y poderosa! Me comería el mundo!!!
- Me hablas de cómo te sientes. ¿Recuerdas verte?
- Sí, sí. Eso era lo mejor. Claramente era yo. Pero una versión desconocida de mi. Mi cuerpo estaba un tanto musculado, tonificado, como completo de los pies a la cabeza. Lo que te comentaba muy lleno de energía. Pelo en coleta, ropa cómoda. La ropa me quedaba muy en su sitio, muy ajustada pero muy cómoda. Normal!!! Me encontraba tan bien!!!
- Sí, era rápida, rápida pero a la vez profunda, rápida, profunda y controlada.
Realmente todo fluía a mucha velocidad, a muy buen ritmo. Como muy explosivo y muy acompasado. Respiración y corazón. Los latidos del corazón, podía escucharlos.
- Así que tu sueño tiene sonidos. ¿Qué escuchas en tu sueño?
- ¡Y no estaba sola! Lo se porque nos animábamos. Lo escuchaba.
- Escuchaba mi nombre y palabras de aliento constantemente: “tú puedes”, “sí puedes”, “una más”, “vamos equipo”. “Ceci, tú puedes. Ceci, una más. Vamos equipo”.
- Interesante. Eres Ceci. No Cecilia.
- Sí. Eran amigos. Yo lo sentía así. Y estábamos todos a lo mismo. Se respiraba una energía muy, muy fuerte, muy poderosa. Muy de todos. ¡Curioso!
- Lo bien que me hacían sentir esas personas.
- ¿Y cómo sabes eso, cómo sabes qué te hacen sentir bien?
- Es como una mezcla de independencia y a la vez de ser todos uno.
Menudo subidón de sueño. Te lo estoy contando con una sonrisa en la boca, de oreja a oreja. Que gustazo.
- Cómo si mi sueño fuera real. Pletórica. Me desperté llena de energía. Como si realmente fuera al gimnasio y estuviera así de bien como te acabo de contar.
- ¿Cambiarías algo de tu sueño?
- No. Fue perfecto.
Solamente se podría mejorar haciéndolo real.
- ¿Y si te dijera que has dado el primer paso para hacerlo realidad?
- ¿Cómo dices?
- Sí. Ves lo que quieres en tu sueño. Y para conseguir lo que uno quiere, tiene que creerlo posible y para creerlo posible tiene que verlo y tu lo has visto, escuchado y sentido.
- ¿ Y qué hago ahora?
- Escribirlo para no olvidarlo más. Escribirlo con todo lujo de detalles. Y leerlo y traerlo al presente constantemente con su lectura.
- Pero… Eso no es suficiente.
Has de convertir tu sueño en tu objetivo.
¿sabes cómo? Poniéndole fecha de caducidad.
- Vale. Le pongo fecha. ¿Y que más? ¿Qué hacemos ahora?
- Muy bien, qué hacemos!!! Ya estás buscando equipo!!!
Ponerte en ACCIÓN, es el camino para conseguir tu objetivo.
- Entiendo.
- Noto cierta ironía en tu voz.
- ¿Qué difícil , no?
- Nadie ha dicho que fuera fácil llegar a la perfección de tu sueño. ¿cuánto vale la pena hacer real tu sueño para ti?
- Vale, lo que haga falta hacer.
- Sí.
- ¿Cuán segura estás de 0 a 10, de querer hacer real tu sueño?
- Segura de 10.
- Pues pongámonos en marcha. Plan de Acción hasta la fecha marcada y desde hoy. Día a día. Semana a semana. Mes a mes. Año a año. Porque ahora yo tengo un nuevo objetivo.
- ¿Cómo?
- Acompañarte en el camino que te conduce al tuyo y cuando lo consigas, en la fecha marcada, verlo, escucharlo, sentirlo y celebrarlo contigo. Disfrutar de la excelencia que hay en ti porque yo sí se que puedes conseguirlo, que puedes hacer de tu sueño, tu realidad.
