Hacía tiempo que no escribíamos en esta sección sobre Coaching y Salud. Todo está relacionado y si "cambiamos", nuestra salud también lo hace.
La pasada semana decíamos esto: "Los cambios elegidos conscientemente nos hacen responsables y creadores de nuestra vida. Protagonistas y creadores de nuestra propia realidad. ¿Se parece “tu mundo de hoy” al que has deseado? si no es así, ¿a qué estás esperando? ¡Cámbialo!". Si nos centramos en nuestra salud, podemos decir que:
Los cambios elegidos conscientemente nos hacen responsables y creadores del estado de nuestro cuerpo físico, mental, emocional y espiritual. Protagonistas y creadores de nuestra propia salud. ¿Disfrutas hoy de la salud que has deseado? si no es así, ¿a qué estás esperando? ¡Cámbiala!
La revolucionaria teoría de Bruce Lipton
"Lipton planteaba lo siguiente: lo que condiciona a todo organismo vivo es su “entorno” físico y energético, y no su carga genética, como afirma la síntesis evolutiva moderna. Además, la «cooperación» era la base de la evolución para la supervivencia, y no un acto competitivo entre los organismos más fuertes; y, finalmente, los seres humanos, como organismos vivos, no estaban determinados por sus genes, sino condicionados por el entorno y sobre todo por sus «creencias», lo que los convertía en dueños absolutos de su destino."
Cogí tres grupos de células y las puse en tres placas, y cambié el medio de crecimiento y los componentes del medio ambiente en cada una de ellas. Luego verifiqué que en una de las placas se formó hueso, en otra músculo y, en otra, células liposas. ¿Qué fue lo que controló el destino de cada una de ellas si eran genéticamente idénticas? Eso demuestra que los genes no lo controlan todo, es el ambiente. El ser humano es el que controla, dependiendo de cómo lee el ambiente, de cómo su mente lo percibe. La conclusión es que no estamos limitados por nuestros genes, sino por nuestra percepción y nuestras creencias”.
Las creencias son potenciadoras y son limitantes, cuestión tratada en múltiples ocasiones, pues nuestros pensamientos giran en torno a esas creencias, igualmente nuestras emociones y nuestra capacidad para ver el mundo desde diferentes perspectivas.
Mírate al espejo. ¿Qué crees ver? Una persona sana, responsable de lo que pasa en su cuerpo y en su estado de ánimo o una persona resignada a ver a quién no le gusta, a conformarse con una imagen discordante con sus deseos. ¿Qué pesa más? Creer que cambiar es imposible y los imposibles son pesos pesados o el deseo de convertirte en quién siempre has soñado. Si tu caso es el primero, tus creencias limitantes ganan a las potenciadoras.
"El científico agregó que “cuando tú crees que los genes controlan tu vida tienes una excusa para considerarte una víctima. Hay enfermedades que sí, en efecto, son causadas por un gen, pero estas enfermedades equivalen a menos del 2{d65b659165ac0c73a0e7351dbc03bc71babc32f535de3530448e57099fce3db2} de los malestares que sufre la población mundial. La mayoría de la gente viene a este mundo con genes que deberían permitirles vivir una vida feliz y saludable."
Centrándonos en lo dicho: "cuando tú crees que los genes controlan tu vida tienes una excusa para considerarte una víctima." La excusa perfecta para no hacer nada, para que todo siga igual, para seguir en nuestra zona de confort. Esperaremos sentados, como víctimas, a que llegue nuestro maltratador particular, la enfermedad en cuestión y al tiempo a que otro nos salve, nuestro médico y otro nos consuele y sufra con nosotros, nuestro entorno más cercano, familia, amigos. Circulo vicioso, que si no rompemos nos conduce al deterioro, malestar y decadencia física, mental, emocional y espiritual progresiva.
Con qué creencia eliges quedarte: con que los genes controlan tu vida o con que vienes a este mundo con genes que deberían permitirte vivir una vida feliz y saludable. De tu elección va a depender en gran medida tu calidad de vida.
"El biólogo molecular detalla que la mente humana actúa de manera muy particular, pues “si cierro los ojos, los abro y veo a alguien a quien amo, entonces mi cerebro segrega dopamina, oxitocina, etc. Lo puedo sentir en mi cuerpo, puedo sentir el amor, y esa química trae salud a las células. Por eso, quien se enamora se siente tan bien. Pero si abro los ojos y veo algo que me asusta, segrego hormonas del estrés, que frenan el crecimiento del cuerpo y apaga el sistema inmunitario. Por eso cuando estás bajo mucho estrés, te enfermas. Y debo decir que, si tomamos una muestra de sangre de cada persona, descubrimos que todos tenemos células cancerígenas. Las tenemos siempre, pero si está funcionando el sistema inmunitario, no pueden crecer, y, una vez que se apaga el sistema inmunitario, proliferan”.
Esto es consecuencia de la vinculación entre cuerpo-mente. Es fundamental e indispensable para nuestra buena salud, elegir conscientemente, pensamientos que nos aporten salud, equilibrio y coherencia. Coherencia con nuestros deseos de salud. Enfoquémonos en sentir nuestro mejor estado físico, mental, emocional y espiritual. Este enfoque nos hace conscientemente responsables y creadores de nuestro estado de salud.
“El subconsciente es millones de veces más poderoso y más importante que la mente consciente. Utilizamos el subconsciente el 95 por ciento del tiempo, pero no lo podemos controlar. Lo puedes reprogramar. La información del subconsciente se recibe en los primeros seis años de vida. Eso que aprendiste en esos años se convierte en el conocimiento fundamental de tu vida. Por tanto, hay muchos estudios que demuestran que las enfermedades que tenemos de adultos, como el cáncer, tienen que ver con la programación y el entorno que vivimos en los primeros seis años de vida. Es decir, los niños absorben también sus enfermedades o sus actitudes negativas, y así se “programa” su subconsciente. ¡Qué gran responsabilidad para los padres! Está demostrado que si un niño adoptado vive en su familia casos de cáncer, en su madurez puede padecer cáncer, aunque su genética sea diferente. Si te enseñaron a maltratar tu cuerpo con mala información, destruirás el vehículo de tu cuerpo, cuyo conductor es la mente. El futuro es una mejor educación para los niños, incluso en la etapa prenatal.”
Dicho esto. ¿Vale la pena responsabilizarnos de forma activa de nuestro estado de salud? Cambiar pensamientos, creencias, hábitos que nos conducen a la decadencia acelerada, que nos condenan hoy a convivir con un cuerpo que nos incomoda, con cargas que podemos dejar atrás. Si nos vemos al espejo y nos invade una emoción, una sensación de impotencia, pena, rabia. Si no nos sonreímos a nosotros mismos. ¿Qué tendríamos que cambiar para querernos cada día más y vernos y sentirnos cada día mejor?
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